¡Es cierto, es cierto! Ya había bloqueado el horripilante evento navideño...
Ay, todo es culpa de la joven Ilse. Imagínense, queridos lectores:
Iba yo con Ilse rumbo a las mesitas de ping pong, feliz e inocua, cuando una figura oscura y decembrina se nos apareció. Ahí estaba, como un Nazgul festivo, ¡¡¡Santa!!!* Cualquiera diría que dicha experiencia no es tan mala, que ni modo... pero entonces pasó lo peor. De entre los labios del sr. Kringle reptaron con voz de ultratumba las palabras "buenos días". ¡Ay, qué mala suerte la nuestra! Tan mal estaba el asunto, que Pepe ya casi me estaba retirando la palabra. Sí señor, ahora tendré que trabajar mucho para quitarme los restos de la maldad que se impregnaron en mi alma hahahahaah.

Y hablando de malignidad, creo que el bello DF me está dejando de querer. Digo esto porque desde hace unos cuantos fines de semana, cada vez que regreso a la ciudad, para en la noche siento como que me voy a enfermar; es como si una suerte de gripilla amenazara con atacarme... pero pues al final, regreso aquí y no me enfermo de nada. ¿Será que el aire más limpio de la provincia me está "afectando"? ¿Estaré perdiendo mis poderes chilangos?

Pero bueno. Dejemos los traumas de lado. Este fin de semana fue feliz, y ya estoy lista para recuperar una alimentación que pueda clasificarse como decente (porque lo mas decente que he ingerido ha sido el pescado al ajillo patrocinado por mamá Ilse), y encarar mi super semana social :D (Doors, Ilse día, Pachanga cumpleañera, viernes de Friday's con mis cuatecines chilangos, mas el muy necesario y feliz sábado palmípedo). No me hubiera imaginado que en cuestión de meses rompería mis records de eventos sociales...

Y bueno, sin más que decir, huyo.


*¿Quién es Santa? Ah... eso es otra historia (es decir, que si no saben, me pregunten hahahaha).