Vacaciones, cumpleaños-2 y demás

Este feliz relato comienza un jueves. Resulta ser que toda la semana pasada Adi estuvo compartiendo su existencia con el clan del mal... Sí, una probadita de la mística vida genómica... sto de tener closets gigantes y dejarnos llevar por el destino. El jueves, empero, fue un día que Adi esperaba con ansias. Primero, debíamos ir a ver a mi queridísima madre Ilse cantar en francés, y de ahí, a la mística fiesta de fin de año de genómicas. Teníamos previsto todo, cómo movernos y qué tomar [una botella de Jäggermeister], ¡e incluso qué cenar! [Cabe mencionar que el científico ruso más sexy jamás habido era el encardado de hacer OTRA cena deliciosa maravillosa y todo lo demás, y su groupie -yo- estaba puestísima para ver la magia ocurrir una vez más, esta vez en forma de ravioles]

Empero, por misteriosas razones, salimos algo tarde rumbo al recital de Ilse, y tuvimos el gusto de escucharla cantar solo para nosotros, pues para cuando llegamos su grupo estaba en plena actuación. Saludamos a mi hermana Betty y a Colima, y pues nos lanzamos a la aventura fiestil. El buen Clan del Mal, sociable como siempre se sentó, como cualquier persona sentata lo haría...
con Julio, Santa Patty, Luis -aka biólogo de cabecera- y demás. Vale la pena decir, por cierto, que Luis quedó muy sorprendido de saber que tengo novia, una sexy pelirroja llamada Yahaira. Evidentemente, esta sorpresa se acentuó una vez que se percató que le estaba poniendo el cuerno a mi chica con un aún más sexy genomiquito... en fin. Brindamos, cotorreamos, y pues según esto salimos a bailar. Nadie contaba con que mi vida antes de genómica se resumía en NO baile [mis amigos del DF, de la liga anti-baile, lo confirman], por lo que cierto jitomato casi se murió de saber que tengo 2 pies derechos. Ya aprenderé. Ya pasados algunos traumas, fuimos miembros de la mesa del "Ya merito", y contra toda probabilidad, la fiesta comenzó a morir temprano.
El último gran evento en el CCG fue patrocinado por mi queridísima hermanita Adi, la cerecita adiposa, la escoria ligadora favorita del mundo, quien elegantemente vomitó un modelo a escala del Loch Ness por primera vez nada más y nasa menos que en la entrada de mi escuela. Tan popular fue dicho lago, que hasta rumores hubo de un Nessy en miniatura, y no faltaron los fanáticos que se tomasen fotos ante tan magnífica obra de la naturaleza.
Empero, a nosotros no nos bastó con la fiestecilla del CCG, por lo que nos mudamos al templo de la perdición (ex-templo de la percición ¡sniff!), donde hubo más diversión, lluvia de estrellas, y juguetitos, aunque no fue día de reyes.
Cansados, con frío y hambrientos, tras muchas aventuras, regresamos a la adorada madriguera a morir pacíficamente, una excelentísima noche.

Al siguiente día, Betoso y Huicho huyeron a la ciudad. Debido a la hora a la cual nos levantamos y demás, viví la maravillosa experiencia de ir a la Comer en pijama, con todo el glamour que un genómico que sale de vacaciones y de va de juerga puede tener. Feliz a más no poder, disfruté de esta experiencia, y pues regresamos a la madriguera, que medio escombramos. Luego, comimos los deliciosísimos ravioles que se nos debían, y nos quedamos cotorreando un poco más. El camacharro se puso guapo, y pues conforme se hacía más tarde, con todo el dolor de mi corazón berenjenil, hubo que despedirse de la madriguera, de mi madre, y de licopeman sniff. Adi salió con Karen, y yo me quedé a ver A Clockwork Orange en mi closet gigante... al menos hasta que mi narcolepsia me venció.
Adi volvió a casa, y aprovechando la vigilia y que Adi se conectase, me fui a enterar de que mi jitomatín me necesitaba. Drama, drama, drama (y no del tipo con plumas)... y esperar al sábado.

El sábado... limpiar, escombrar, y demás. La misión camacharro fue un éxito rotundo. Desayunar quesadillas, e ir al DF, donde me esperaban mis padres, y un poco más tarde, mis amigos. La reunión fue muy divertida. Para cuando llegué a Galerías (15 minutos tarde -thanks dad), Betoso ya estaba charlando con Afshin. Al poco tiempo, llegaron los demás chicos: Dan, Covaro, Jonás y Joven Víctor (como agregado cultural). Nos mudamos a Friday's y de ahí la charla se convirtió en un evento de confesiones en miniatura, que desembocó en que Afshin y Adi por fin se lleven mejor, Betoso se llevara bien con todo mundo, y Afshin y yo nos hicieramos aún mejores amigos que antes (aunque le haya dejado una duradera impresión un cierto "yo nunca").
La comida se prolongó un rato, y tras recibir los debidos cánticos Fridaysianos de cumpleaños, nos pusimos a bobear por ahí todos. Hasta la noche, estuvimos charlando, bromeando y demás. Pura diversión.

Ahora, heme aquí, de vacaciones.




Mejórate.