Amor, amistad, pus, lasagna, tequila, peli

14 de febrero. Mi posición on respecto a esta fecha ha cambiado varias veces a lo largo de los años... pero ningún año como este: esta vez, el día del Helio y el azúcar, que diga, de amor y la amistad, estuvo lleno de ación emoción drama romance y alcohol.

Para mí, el día comenzó en el feliz momento en que caí en cuenta de que no puse el despertador. Dado que eran ya las 7:50, no haía oportunidad de que llegara a una hora decente a clase de Jimmy, por lo que francamente no hie el gran esfuerzo por ser veloz en mis actividades. Así, pasé un rato con Shiro Raisu [sí, mi conejo], me arreglé y demás. Feliz y contenta, fui hacia la escuela poco antes de las 10, y saludé a los chicos, con quienes intercabié amorosa azúcar (yo llevé malvaviscos, Beto con chocolate alcohólico, Ilse con kisses y M&M's). Una vez hecho eso, les comenté a los chicos que después habría otro regalo, de parte de Mr. Jitomate y mío.

Las clases transcurrieron con bastante normalidad, y ya por la tarde estábamos decidiendo qué haríamos con nuestro día:

1. cantar el pokérap de nuevo, porque vamos mejor con el proceso de aprendizaje de la rolita.
2. Ilustrarnos con lecciones de vida básicas como "ser hijo del papá", la "CANACA", que no es bueno ser andrógino y defender a Britney Spears... dulce YouTube.
3. Ser denominada maestra de kínder, pues iba disfrazada de berenjenita feíz, pero mi vestido le pareció a todo mundo una suerte de rejuvenecedor/profesorizador.
4. Envidiar eternamente la suerte de Daniela, quien tiene en su posesión dos modelos de los cartones de leche más famosos y adorables jamás, la pareja de cartón más bonita jamás habida: las lechitas de Coffee & TV.
5. Cumplir con la misión que teníamos pendiente Pepe y yo
6. Ir a la madriguera a ver pelis y cenar lasagna.

Ya con este plan, procedimos. El jitomatín huyó a un ciber en los que Huicho fue a su hogar. Luego, buscando a Huicho mismo, hubo una breve botanita de esquites (no habíamos comido nada), de ahí a mi casita, ver a mi hijo y recolectar mis triques, y luego a la Comer, donde Beto no pudo resistir el demostrarnos que si no consumía alcohol a la brevedad, habría algo parecido a un killing spree... y nadie quiere eso, por lo que compramos Tequila y destilado de Agave.

Luego de hacer las compras, tuve mi reencuentro con CHAN CHAN CHAN ¡Galeana! Pero como Isis y Monesvol son piadosos y buenitos, nada pasó esta vez. Luego, el episodio de Berenjenasa y Jitomatasa elevadoril juso de camino a la madriguera (ay gente, no es mi culpa que ustedes no se preocupen por drogarse con endorfinas)... pero en fin. Una vez en ña magriguera, Beto procedió a atacarnos con shots de las bebidas previamente mencionadas, mientras que el científico ruso más querido por todos y yo (su groupie y ayudante) cocinábamos. Con todo y mi temor a los shots, decidí entregarme a la irresponsabilidad y decir "está bien, lo haré".

En algún momento entre shot y shot, Ilse cayó en batalla. Mi madre, tan recatada y propia, se había convertido en... ¡super Ma! con el místico poder de reír unas 3 veces más de lo normal (y hacerte reír unas 2 veces más de lo habitual). A pesar de que el destino me advirtió sobre mi futuro con estos eventos, hice caso omiso de la fortuna y seguí con los shots.

En algpun momento del intervalo me mareé, y ya comiendo la deliciosísima y sexy lasagna, comenzó el primer (y espero último) espectáculo de Tipsy Bere. ¿Qué hacía yo?
a) Decir grandes cantidades de fun facts calificados como perturbadores
b) Hacer un esfuerzo por ser propia y formal, diciendo entonces discursos rimbombantes ante la necesidad de decir cualquier cosita.
c) Incitada por el clan, hacer llamadas a mi somnolienta (y espero orgullosa) hermana
d) Charlar sobre el conflicto existencial que genera el ser honesto estando alcoholizado (porque lo que dije en general es cierto; son datos sacados de muchos documentales y/o mi corazoncito vegetal)

Afortunadamente con ayuda de la lasagna, y de cumplir mi feliz objetivo de dedicarme a observar atentamente a Pepe (quien sí estaba en un estado decente y por ende se dedicó a planchar la misión),
comenzó a bajárseme el estado chistosín y alcoholizado en el que me encontraba. Empero, a Beto y a Ilse no les estaba pasando eso, u Huicho estaba en la autopista hacia alcoholandia, por lo que, dudando de que realmente estuviéramos haciendo lo que acabo de decir, invadieron la habitación en la que estábamos, poniendo en riesgo la misión... pero todo salió bien.

Luego, Huicho llegó a charlar con nosotros sobre como la dimensión desconocida había entrado por debajo de la puerta de la madriguera., por lo que salvamos a la humanidad con las felices playeras de supergeeks, hermosas poderosas y llenas de yo corazón clan.

Tras todo esto, y ya siendo casi las dos de la mañana, la tele fue transferida a la sala, y debido a razones varias, solo Pepe y yo nos pusimos a ver "Pide al tiempo que vuelva". Debo admitir que cabeceé un poquito, pero sólo por la primera media hora de peli, creo. Luego, conociendo a las cuernacuijas, y después procedimos a intentar ver las Confesiones del sr. Schmidt... sin éxito, porque nos dio sueño y morimos.

Despertar... horrible despertar. Sin cruda, pero sin glamour, y con la firme idea de que no hay nada de especial en estar ebrio... fuimos a clase se Soberón.

Las lecciones de hoy son:
1. Drunkness is overrated
2. Clan del Mal rules
3. A la siguiente que quiera decir algo lindo y honesto, mejor lo hago sobria, por el issue de la credibilidad (aunque reitero que de verdad lo que dije lo dije sin el superlativo que te da el alcohol; si fue superlativo, fue natural.
4. I love you anyways, people.