Psicópatas, esquites... otro juevebes

No se podía esperar que esta semana estuviera carente de diversión después de que el awkwardness atacó la semana pasada... entonces, contra el sabio hábito de no planear nada, desde el miércoles decidimos que habría un maratón de Monty Python en aquel sagrado lugar llamado cariñosamente madriguera. Empero, en esta tierra planear no sirve de nada, así que la idea de comer tortas ahogadas y luego huir a casa de Ilse se arruinó. En lugar de eso, pasamos por casa de todo mundo escuchando la obra magna de la música llamada Evil Geek Tunes, y de ahí nos fuimos a la Comer en busca de cosas con glutamato monosódico.

Como no iba a haber tortas, pensamos que aprovechar los cupones de pizza de Ilse serían útiles... pero bien gracias con ese plan también. Mejor compramos Clamato, cerveza, elote, crema, mayonesa, queso, tortillas y todo lo necesario para confeccionar un festín malo para la salud... que resultó más caro que cualquier torta o pizza cooperada hahahaha. Una vez hecho esto, huímos a la madriguera, y por mi gran bocota ahora tendré que cumplir con mi palabra ... pero para eso necesito hacer más ejercicio y conseguir más papel aluminio, creo. Luego comimos esquites y Maruchan, y procedimos a ver Psicosis.

Con el inicio de esta serie de pelis, Huicho se convirtió en una pequeña criatura asustable, quien sufrió casi tanto como los gatitos que mueren cada vez que llaman sucia a Ilse. Luego de Psycho vimos Misery... esa gloriosa película que dejó impresionados a los chicos, qu no habían visto la peli antes. Para esos entonces ya estaba bien entrada la noche, y tras molestar mucho al jitomate (quien en un momento de desesperación reclamó su lebensraum -ay ´pobrecito), hubo aproximadamente un kilo de queso plasticoide y fundido y tortillas para medio cenar, unto con un rico y delicioso flotante (¡por fin!). Luego vimos el resplandor.. pero todos comenzamos a morir. Yo morí poco antes del final de la peli, y recuerdo vagamente haber sido medio remolcada hacia la recámara de Ilse, mientras oía cosas como "todavía tengo cosas que hacer" y "ya duérmete". Dormí no sé cuántas horas (menos de 5 definitivamente)y con mucho sufrimiento me arreglé para encaminarme con el clan a la clase en la que me encuentro justo ahora, que empezó una hora antes de lo habitual.
Tengo hambre...