El domingo y la pasta.

Hola una vez más, queridos lectores. Por fin terminaré de contarles lo que sucedió.

El domingo, gracias a mi estado cuasi comatoso del sábado, fue aprovechado para realizar mis actividades a la velocidad del rayo, de manera tal que lograse estar lista a las 3 de la tarde para irme con el Gitano a Cuernalandia. Pero, ¿Por qué la prisa? Ah, pues porque quería ver a Pepe y a Mel. Resulta ser que la visita a quien no tuve oportunidad de ver mucho tiempo era precisamente esta personalidad del mundo de las leyes, amiga de la infancia de Pepe y con un instinto extraño para escoger pelis.

En cuanto llegué al rancho, dejé a Shiro a descansar en la conejera mientras yo huí hacia el hogar del Jitomate feliz, quien me reprochó el haberme ido y casi me negó el derecho de cenar una deliciosa pasta con salsa de espinaca y quesos varios que estaba realmente sabrosa.

En dicha velada tuve la oportunidad de ver una vez más El amor en tiempos del cólera, y pues como era de esperarse la cursilasa se hizo presente. Después vimos un trocito de una seria cuyo nombre no recuerdo, pero que involucra escapar de la cárcel con métodos ingeniosos y un equipo de 4 hombres que bailan chistosamente en los créditos finales, y finalmente ver Mamma Mía, un simpático y palomerón musical con banda sonora de Abba (recomendable, la banda sonora). También aprendí a jugar no-sé-qué con baraja española, fue diverdito y corroboré que ni Mel ni yo sabemos barajar correctamente. Entre risas y comentarios, pasé una noche agradable sobremanera, que se me hizo muy corta y divertida, hasta que con más que un poco de ganas de extender la velada tuve que retirarme a mis minúsculos aposentos, desde donde estoy escribiendo justo ahora, mientras caigo en cuenta de que tengo mucho sueño y aventuras que contar, con un poco de suerte, mañana.

¿Rola? Canción de la Pizza del Elmo musical XD

No, más en serio, la canción del queso oloroso de Dexter's lab, porque ese fue un ingrediente de la pasta que comimos ese día.