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viernes, 17 de abril de 2009

Reggaeton, Drama, Tortazo (o algo así)

Down in Mexico - The Coasters

¿Alguna vez han visto el perreo chacalonero?
Si no, este es un buen momento.
Conocí este video gracias a Andrea cuando Adi y yo viajamos a Monterrey. ¿Porqué me acuerdo de ello ahora?

Porque ayer me fui de fiesta.
¡Fiesta!

No teman, queridos lectores... en realidad jamás sucedió nada tan escandaloso en la casa de Leo. Empero, no dudo que al DJ contratado (sí, esta fue una fiesta muy fancy) hubiera querido que las cosas tomasen ese tono.

Empecemos por el principio.
Leo Collado decidió armar una fiesta de grandes proporciones (alcohol en abundancia y DJ). Un correo se envió a media humanidad. Como era de esperarse, se armó expectativa en torno a un evento de esta magnitud... y el Clan no era excepción.

Como por motivos misererescos Huicho está fuera del área de servicio (¡Huichomon, te extrañamos!), sólo éramos Beto, Ilse y yo. Cuando llegamos, ya había algo de gente. Entre árboles frutales había una alberca vacía que fungía como pista de baile. Tras tomar un trago (y sólo uno porque llevaba mi coche) me encontré bailando con un amigable grupo de genómicos principalmente de la 4a generación. En este grupo, cabe mencionar, estaba alguien por completo inesperado: Tzitziki, quien nos iba a dar clase al siguiente día. Jamás la había visto de fiesta, y fue una grata sorpresa que pasara el rato con todos.
Clan+Colima+Tziziki

Hacía mucho no bailaba yo, así que disfruté en grande todo el relajo que se armó entre rolas mal mezcladas de electrónica fiestil y reggaeton ocasional, y claro, la canción oficial de cuando el Clan estudia mates discretas: Payaso de rodeo.

En algún momento, sin embargo, sucedió la parte chistosa y tétrica de la noche. El DJ tuvo a bien organizar concursos cuyo premio era alcohol. ¿En qué consistían? Todos eran concursos reggaetoneros. No sé si lo sepan, pero pienso que el reggaeton es maligno. Es terrible y probablemente malo para la salud. En todo caso, no es algo que se escucha, es algo que se baila (y esto no garantiza que no haga daño hahah). Pasaron chicos a bailar (y acabar semidesnudos) por una tella. Los chicos que participaron en dicha actividad son indudablemente valientes (era muy temprano como para que estuvieran borrachos), pero hay algo de grotesco y ridículo en hacer un strip-tease amateur con reggaetón y no recuerdo haber observado un espectáculo tan extraño desde aquella vez que en Veracuz ví un display de miseria penuria y mediocridad (biólogos saliendo del mar en briefs).

Pero NO era el final. Luego tocó el turno de las chicas. El DJ contaba con alguna suerte de show de 2 estrellas (o menos) en el cual alguna chica escultural deseara desesperadamente exhibir sus carnes mientras mirase con deseo a los homúnculos encargados de ambientar la fiesta... pero no. En todo caso, las chicas (igualmente valientes) se mostraron astutas y cautas... y María se mostró por demás original y deshinibida, retando a los demonios de la mala música con un bailecillo que me hizo pensar en los muppets. Mariana (la roomy de Ilse) por demás... se mostró XD y debido a esto el DJ quiso comprar su favor (sin éxito) haciendo un empate. Al final, María cedió su parte de alcohol a Mariana, y el DJ se quedó con más de un saludito a su familia.
Las valientes reggaetoneras

Pero esto TAMPOCO era el final. Luego pasaron las "parejas cachondas" reggaetoneras. Aquí es donde ustedes comienzan a temer que lo que vieron del Perreo Chacalonero pueda ser realidad en el tranquilo pueblito que es Cuernavaca... pero no se aflijan, fue menos explícito y más cómico lo que sucedió. Quizás lo que más valga la pena contar sea que a) las chicas se negaron a mostrar demasiada piel (muy para el desencanto del DJ) y b) la pareja ganadora fue la conformada por Willy y Mónica. Si me hubieran dicho que ellos dos ganarían un concurso reggaetonero jamás lo hubiera creído... y quizás tendría razón (dado que ninguno es arquerosamente perreante). Lo que los hizo ganar fue que tras bailar, como parte del concurso las parejas necesitaban besarse apasionadamente y luego el chico tenía que recibir una cachetada. En cuanto al beso, dificilmente podría decir cuál de las parejas era más apasionada (y mejor así)... pero en cuanto a la cachetada, no pude evitar pensar en el "beso o tortazo" al ver la carita de Willy ser volteada bajo el efecto de la ira de Mónica. Pasión y dolor, todo por una botella de alcohol de mediana calidad.

Luego, cansados de tanta decadencia, volvimos a bailar. Un rato después, ya estaba de camino a la casa, y hacia las 2 de la mañana estaba yo durmiendo. La vida genómica no deja de sorprenderme.
Puras chicas




2 comentarios:

Narvalkiria dijo...

Me encanta tu forma de plasmar las cosas.

Narvalkiria dijo...

¿PA CUÁNDO LOS SG?